Entrevista a Ludmila Pagliero por Valeria Bula.


“Hay pocos estudios de danza como este 
donde se respira amor”




Ludmila Pagliero con la directora del Estudio, Marisa Ferri.



Por Valeria Bula

La bailarina argentina, primera figura de la Ópera de Paris desde 2009 y ex alumna de Olga Ferri, Ludmila Pagliero, vino a la Argentina como artista invitada del ballet del Teatro Argentino de La Plata y bailó La Bella Durmiente junto a Yann Chailloux proveniente de la misma compañía.

La entrevista se realizó en la cafetería del teatro y resultó muy emotiva: Pagliero habló sobre su trabajo interpretativo para esta obra, su relación con sus compañeros de la Ópera, sus maestros y de su largo y difícil camino para llegar a la cima.

Cuando a la bailarina se le preguntó sobre su paso por el Estudio Ferri-Lommi y sus clases con la maestra, sus ojos se llenaron de lágrimas. Ese momento fue muy emocionante, los buenos recuerdos revivieron.

Entrevista:

Usted preparó La bella durmiente con Aurélie Dupont (Bailarina étoile de la Ópera de Paris)  ¿Qué fue lo que ella le transmitió para la preparación de este rol?

Trabajamos con Aurélie Dupont la versión de Mario Galizzi que recibimos en video. Lo que ella me aportó fue el trabajo de interpretación del personaje: la forma de pararse, los gestos, las reacciones, las diferentes energías que tiene Aurora a medida que va creciendo. Hay pequeños detalles con los que se puede jugar para marcar su evolución a través de los años como los movimientos, las miradas, la forma de pararse, las reacciones. Por ejemplo, un nene no reacciona de la misma manera que un adulto cuando se va a pinchar el dedo por primera vez. Por un lado, la princesa en el primer acto es una niña, nunca salió de palacio y está resguardada como en una cajita de cristal y entonces es infantil e inocente. Por otro, en el tercer acto, la princesa ya es toda una mujer en camino a ser una reina, entonces comienza a tener otro porte, otra forma de mantenerse, es el control de su madurez. 

Antiguamente la separación entre el ballet y la danza contemporánea era bien marcada pero ahora hay una fusión entre ambas ¿A qué se debe según usted ésta tendencia? ¿Cuántas obras contemporáneas y cuántas clásica realiza la Ópera de Paris por año?

Actualmente es 50 y 50. La Ópera de Paris es una de las compañías que más obras contemporáneas realiza, se trabaja con diferentes coreógrafos y con las creaciones más nuevas y de vanguardia. Es la única compañía del mundo que tiene piezas de Pina Bausch, de Anne Teresa de Keermaeker o Mats Ek. Yo creo que la gente y la vida avanzaron, el bailarín de hoy es un bailarín que tiene una visión más abierta, experimentó más cosas. Al bailar piezas contemporáneas de Ek o Bausch me sentí mucho más sincera con lo que soy, son obras que tratan temas más actuales y contemporáneos entonces uno está más cercano a eso. Al bailarín clásico le gusta tener acceso a esas piezas. Estas formas nuevas de moverse ayudan mucho para lo que es después el clásico y viceversa.

¿Cuántas funciones realiza la Ópera por año?
La Ópera por año realiza 150 funciones aproximadamente. En total hay 154 bailarines de los cuáles la mitad baila en la Ópera Garnier y la otra mitad en la Ópera Bastilla. Me tocó bailar en las dos en una semana, un día bailé Lago de los Cisnes en la Ópera y al día siguiente estaba bailando Apolón en Bastille.

Usted había comentado que al principio el acercamiento a sus compañeros de la Ópera fue un poco difícil ¿Por qué?

Estaban intrigados, querían saber como bailaba y me preguntaban si había buenos bailarines en Argentina, si la escuela era buena y entonces comenzaron a interesarse sobre nuestro país. Pero yo en vez de hablar, decidí dedicarme exclusivamente al trabajo porque sabía que esa era la forma de avanzar. Además tuve la suerte de encontrar gente muy interesante que tenían mucho para decir como Aurélie Dupont, a esas personas hay que respetarlas y agradecerles porque no todos tienen las ganas de enseñarte y darte sus secretos. Ellos apreciaron el hecho de que los respeté y hoy en día el respeto es mutuo.

Ludmila Pagliero.*
¿Cómo afrontó el vivir lejos de su familia?

Sufrí, al principio, estuve a punto de enviarle una carta a mi mamá diciendo que me quería volver, me quejaba, tuve una especie de momento difícil y todo estaba feo. Mi mamá entonces me preguntó si realmente me quería quedar en la Ópera y fue ahí que hice un clic, supe que sí, quería quedarme y decidí entonces enfocarme y trabajar duro. Hace ocho años que vivo en Francia, estoy en pareja, tengo mis amigos, mi casa, obviamente extraño a mi familia y amigos, siempre tengo ganas de venir para acá pero logré crear mi lugar en un teatro, que lo siento mío. Me motiva levantarme cada mañana y saber que tengo una función en la cuál poner todo de mí.

En las clases, recuerdo que Olga Ferri decía la danza es una amante cruel que si la dejas te deja, pero sin embargo una vez que se la conoce no hay vuelta atrás ¿Por qué la danza despierta tanta pasión?*

La danza es una adicción, cuando estoy de vacaciones no puedo dejar de estar en movimiento entonces hago trekking, mi cuerpo me lo pide. Además creo que la adrenalina y el placer que uno tiene en el escenario, el hecho de vivir una historia que no te pertenece, poder disfrazarte en un personaje, poder sufrir, llorar, reír, vivir otras historias como cuando uno ve una película y se emociona tanto porque estas tan adentro y vos crees que es verdad y que esa persona existe. Cuando la función termina se está en estado de shock, es tan agradable, la adrenalina, los sentimientos, las sensaciones que se viven, por lo que se quiere volver a subir al escenario una y otra vez.

¿Ve a la danza como una terapia?

Nunca hice esos cursos de danza terapia pero si creo que lo es. Cuando uno va a salir al escenario a interpretar un rol muy importante, que se ha preparado por casi dos meses, hay muchas cosas que se le pasan a una por la cabeza, miedos, adrenalina. La danza ha sido una terapia para mi porque me ha demostrado mis fallas, mis miedos, mis momentos de euforia, cuando me enojé, lloré porque no lograba hacer lo que yo quería, o con todos los concursos que tuve que pasar en la Ópera de Paris para poder subir de categoría, fueron los concursos más horribles que pasé en toda mi carrera.

En una entrevista usted había mencionado que en el futuro le gustaría ser maestra de baile de la compañía ¿qué es lo que le intriga de esta tarea?

La idea de poder construir una obra me apasiona. Me encanta entender, buscar, soy un poco maniática en ese sentido, el por qué de todo. Ese trabajo me intriga en el sentido que son muchas cosas a elaborar para que la obra sea lo mas fiel posible a la original. Cuándo se crea una pieza como “La bella durmiente” de Petipa hay muchas cosas que se pueden buscar, el comportamiento de una niña del siglo XIX no es la misma que la de hoy y eso requiere un trabajo de investigación que me gusta mucho. El hecho de imaginarse como una persona se dirige en la época en que fue escrita la obra, el trabajo de búsqueda nunca se termina, siempre uno puede llegar más lejos.


Marisa Ferri, Yann Chailloux, Ludmila Pagliero y Juan Lavanga.*

¿Qué recuerda de sus años en el estudio Olga Ferri?

Hay una frase de Olga que me quedó marcada, me dijo: “tenés que estar siempre preparada con tus puntas puestas, bien peinada y maquillada porque a cualquier oportunidad que se presente tenés que estar lista. Aprendé lo que tenés que bailar y un poco más de los otros roles porque, si algún día necesitan a alguien vos podés decir yo lo conozco, yo sé, yo lo puedo bailar”. Y esto me pasó y en esos momentos pensé en Olga y me dije: menos mal que ella me había prevenido. Esto me aportó mucho respeto de parte de maestros y compañeros de la Ópera. También, me acuerdo cuando era chiquita y Olga me ofreció una media beca. Ella es muy inteligente, me dijo de venir a las clases de las 5, que yo pagaba, y que me podía quedar a la siguiente clase. No me lo dijo directamente pero yo le entendí su secreto: Era una forma de decirme, te doy media beca pero vos vas a trabajar, era un incentivo. Como le iba a decir que no, era un regalo enorme, maravilloso para mí.

¿Qué le aportó Olga Ferri como maestra?

Olga me aportó muchas cosas y a muchos bailarines, y por eso tendría que estar muy orgullosa y estoy segura de que lo está. A mi Olga me enseñó lo que es la disciplina, el trabajo, estar siempre lista, en perfectas condiciones. Me acuerdo cuando Olga venía a dar las clases siempre bien vestida, peinada, maquillada, nunca dejaba de lado su tocado, sus aros, siempre con el respeto de estar bien para ofrecerles a sus alumnos una imagen de lo que es una bailarina. De esa forma, sin decírmelo, con su ejemplo, yo aprendí. Uno observa y se da cuenta que uno no puede estar con los pelos todos desastrosos, por respeto a uno mismo, por respeto al arte.

La recuerdo una brillante bailarina, trabajadora, humilde y halagando el trabajo de sus compañeros. Siempre estaba tratando de aprender de sus pares siendo que usted ya entonces era increíble ¿Esto puede ser causa de su éxito en su carrera?*

El ser trabajadora me ayudó mucho y la humildad es una de las cualidades más importantes que puede tener un ser humano, lo ayuda a una a conocer sus virtudes y defectos porque cuando una los conoce se los puede cambiar o tratar de manejarlos de una manera positiva. El trabajo del bailarín es solitario, se está sola en el escenario. Todo lo que yo logré y todo lo que yo soy hoy es gracias al gran trabajo y esfuerzo, después está el talento pero yo nunca fui muy despierta en este sentido. Nunca vi mi talento como los demás podían verlo. Nunca me preocupé de ello, nunca lo puse en primer lugar, para mí, la única manera de lograr mejorar era trabajando. Y por eso siempre admiraba a los otros porque mirando se aprende, todo el mundo tiene cosas lindas para dar. Yo aprendí mucho mirando, mismo cuando llegué a la Ópera de Paris, estuve seis meses sin pisar el escenario y lo único que me quedaba era observar y realmente ver que era lo que estaban haciendo.

¿Cuál es su mensaje para el Estudio Ferri-Lommi por sus 40 años de existencia?

(A estas instancias de la entrevista a la bailarina se la ve muy emocionada). Mi mensaje es simplemente de agradecimiento por haberme recibido con mucho amor, con los brazos abiertos, estaban bien predispuestos, a prestarme una sala si lo necesitaba, a enseñarme. Es un estudio maravilloso, hay un amor en ese estudio que va desde el camarín donde compartíamos con mis compañeras como nos había ido en los exámenes, el compañerismo se sentía en ese estudio, el amor al arte. Y eso era lo que transmitían Olga, Enrique y Marisa. Hay pocos estudios de danza así, es uno de los pocos donde se siente el amor y eso fue creado gracias a los tres. Quisiera agradecerles porque la humildad que tengo también es gracias a esa gente maravillosa que me ha rodeado y acompañado durante mis años de aprendizaje.

* Esta periodista fue compañera de Pagliero en las clases de Olga Ferri.

Fotos de la soirée de La bella durmiente en el Teatro Argentino de La Plata:


Cecilia Mattioli y Marisa Ferri.*

Marisa Ferri y Néstor Tirri.*
Valeria Bula y Yann Chailloux.*